Elena Briongos es presidenta de la Federación Salud Mental Castilla León y presidenta de Salud Mental Aranda, así como integrante de la Junta Directiva y Comisión Permanente de Salud Mental España. También es patrona de la Fundación Cermi Mujeres en representación de las mujeres con problemas de salud mental.
Elena, ¿cuál ha sido tu experiencia propia en salud mental?
A los dieciocho años me diagnosticaron un trastorno mental. Mi familia no sabía lo que me estaba pasando y tampoco existían recursos de atención. En este sentido, cada persona tiene que seguir su propio proceso, se puede acompañar y explicar, pero no nos puede vivir nadie la vida y menos la experiencia en salud mental que a veces es muy intensa.
Tu recorrido es importante. Como mujer con experiencia propia en salud mental estás en ámbitos de representación y en órganos donde se toman decisiones, ¿cómo se llega a este punto?
Se llega haciendo y dando pasos. Plantearme ser presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y León surgió al ver que en las juntas directivas había más hombres que mujeres y que normalmente las presidencias estaban cubiertas por hombres. En ese momento pensé que quería llegar a ser presidenta, sería la primera presidenta con un diagnóstico de salud mental. Al principio lo veía como un sueño inalcanzable, sin embargo ha llegado. Todo esto es un proceso de aprendizaje, que consiste en decir que sí muchas veces cuando te proponen hacer cosas, supone ir a los sitios con ganas de aprender y de disfrutar. Es importante tener interés por las cosas e intentar hacer lo correcto pero, sobre todo, hay que aprender a decir que no.
Desde Fedeafes llevamos tiempo trabajando y visibilizando a las mujeres con problemas de salud mental, la múltiple discriminación y la violencia machista. ¿Qué consideras que debemos hacer para avanzar en la igualdad de las mujeres con problemas de salud mental?
Sí, en Fedeafes fuisteis pioneras en sacar a la luz temas de igualdad y de violencia hacia las mujeres con problemas de salud mental. Aunque todavía quede mucho camino por recorrer, creo que tenemos ya algunas herramientas para ir avanzando en esta realidad, como la labor que se realiza desde la Red de Mujeres de Salud Mental España o desde distintos recursos como el programa ‘Prospect’, que tiene como objetivo ayudar en la plena recuperación de las personas con problemas graves de salud mental a través del empoderamiento y el apoyo mutuo en salud mental. En esta misma línea, otro programa que contribuye a potenciar el empoderamiento y la sororidad entre mujeres es el proyecto Julia, proyecto pionero de la federación Salud Mental Castilla y León dirigido a mujeres con problemas de salud mental del ámbito rural.
¿En qué punto está la red de mujeres de Salud Mental España?
Yo creo que la Red Estatal de mujeres Salud Mental España está en su momento álgido. Hay muchas personas implicadas y trabajando en pro de la defensa de los derechos de las mujeres con problemas de salud mental y a la igualdad de oportunidades, y se están preparando para desarrollar iniciativas que próximamente veremos.
La investigación de Fedeafes sobre violencia arrojó unos datos escalofriantes sobre la violencia que sufren las mujeres con problemas de salud mental: hasta un 80% de las mujeres han sufrido violencia y el 43% no identifica la violencia como tal. Además, el 50% de las personas profesionales desconocían la situación de violencia. ¿Qué se debe hacer para frenar la violencia machista contra las mujeres con problemas de salud mental?
En mi opinión, la formación es de vital importancia. Las mujeres con problemas de salud mental lo tienen mucho más difícil debido a su condición de mujer y encima con un diagnóstico. Creo que formar a este colectivo es algo prioritario. Poco a poco se está empezando a hablar de este problema que antes se desconocía, y creo que tanto las asociaciones como todas las áreas de mujer tenemos que estar ahí. Deben crearse herramientas de apoyo, de acompañamiento a mujeres con problemas de salud mental en situación de sufrimiento y también ofrecerles formación para abordar esta problemática tan extendida.
¿Qué trabajo se realiza en la Fundación CERMI Mujeres?
Para mí la Fundación Cermi Mujeres fue un regalo del asociacionismo, ya que me llamó el presidente de la Confederación para proponerme representar a las mujeres con problemas de salud mental, y dije que sí. El trabajo que se realiza desde la Fundación tiene mucha incidencia política y gracias a ello se han conseguido logros muy importantes, como por ejemplo la eliminación de la esterilización involuntaria. El valor que tiene la Fundación Cermi Mujeres viene dada por la unión de todas las mujeres con discapacidad. Los distintos estudios realizados sobre esterilización o violencia machista, o las jornadas y encuentros organizados desde la Fundación ayudan a dar voz y a visibilizar a las mujeres de este colectivo.
Además de ser presidenta de la Federación Salud Mental Castilla León, también formas parte de la Junta Directiva y de la Comisión permanente de Salud Mental España ¿Qué supone liderar la Federación?
Creo que es importante que haya presencia de una mujer con problemas de salud mental, ya que nuestras asociaciones están compuestas de familiares y personas con problemas de salud mental, y que me votaran para ejercer ese puesto significa que tengo la responsabilidad de representarles. Y luego, es una tarea difícil porque hay que conjugar muchas cosas. Además, Salud Mental Castilla León es grande y se compone de muchas asociaciones. Ser presidenta de la Federación es una experiencia que hay que vivirla. Me encantaría que las personas con algún diagnóstico en salud mental pudieran participar en los niveles directivos de las asociaciones, puesto que se tiene una visión más general de lo que está pasando. En mi caso, creo que además de estar aprendiendo también aporto valor. Para liderar es muy importante confiar en el equipo técnico.
¿Y qué supone formar parte de los órganos de decisión de Salud Mental España?
Para mí es un lujo participar en esa toma de decisiones. Todas las personas que somos parte de la Confederación, tanto junta directiva como personal técnico y personas con problemas de salud mental vamos siempre en la misma línea y reivindicamos lo mismo. Para mí eso es vital. Yo empecé en 2009 en el Comité Pro Salud Mental en Primera Persona, también estuve en el Comité Estatal y en el de Salud Mental Castilla y León. Por eso creo que hay que poner en valor los Comités en Primera Persona, ya que se han cumplido muchas de las cosas que se plantearon en estos comités. Invito a todas las mujeres a participar y a decidir. Es importante que la representación política nos escuche y que se genere un cambio en el ámbito de la salud mental y en el de la mujer.
¿Por dónde debemos orientarnos las redes o grupos de mujeres que defienden los derechos de las mujeres con problemas de salud mental?
Debemos seguir en esta línea y sobre todo valorarnos mucho, querernos mucho y sentirnos que somos capaces, cada cual a su ritmo y cada cual en su entorno, y apoyarnos mucho entre nosotras. Yo creo que las asociaciones y las mujeres iremos por donde queramos ir. Reivindico mucho la fuerza que te da el pasado, ahora mismo en salud mental está saliendo lo que durante muchos años hemos reivindicado y trabajado. Por ello creo que las mujeres tenemos que seguir ahí, pasito a pasito y llegará un momento que se juntarán los factores necesarios para que las mujeres no solo dejemos de sufrir violencia machista, sino que lideremos asociaciones.
¿Cómo ves el futuro de las mujeres con problemas de salud mental? ¿Consideras que el avance en la participación, tanto en el movimiento asociativo salud mental cómo en la sociedad en general, será una realidad?
Creo que la participación es clave para las mujeres, pero también para cualquier persona con un problema de salud mental. Hace años nos negaban la participación, no nos escuchaban, nos encerraban. La participación es vital y querer participar también, cada persona dentro de lo que pueda.